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PRESENTACIÓN
Michael D. Coe. Profesor Emérito de Antropología, Yale University

El chocolate y la civilización maya van de la mano. Sabemos que, hace más de 2,500 años los mayas de las tierras bajas preparaban la bebida de chocolate a partir de semillas de cacao. Hay evidencia que sugiere que aún antes – quizás tan temprano como 1200 AC- los olmecas de la costa del golfo de México habían descubierto el complejo proceso por medio del cual deben procesarse las semillas de cacao para hacer chocolate.

En el siglo XVIII, el gran botánico sueco Carl von Linné denomino Theobroma cacaoTheobroma, palabra griega para «comida de los dioses», y cacao, de la palabra usada en toda Mesoámerica para el chocolate- al árbol de donde se obtienen las semillas. Esta planta solo puede crecer en las tierras bajas tropicales, donde no llegan las heladas. En tiempos precolombinos, el cacao más fino venía del Soconusco, planicie costera de Chiapas y Guatemala. Cuando los aztecas establecieron su imperio, desarrollaron un gusto por el chocolate que no podían cultivar en el altiplano, así que enviaron sus ejércitos a conquistar el Soconusco, pero el chocolate se cultivaba a todo lo largo de las tierras bajas mayas, incluyendo Petén y Yucatán.

Entre los mayas y aztecas, el chocolate era una bebida prestigiosa, de élite, reservada a la realeza, la nobleza, los mercaderes de larga distancia, y los guerreros de alto rango. Hacia el año 450 DC, se empezaron a colocar vasos magníficos, llenos de bebidas de chocolate, en las tumbas de los reyes mayas. Estos vasos presentan textos jeroglíficos en los cuales se describe el sabor particular del chocolate servido. De hecho, prácticamente todos los vasos cilíndricos pintados o labrados en los entierros mayas clásicos eran recipientes para chocolate. Además de su función como ofrendas funerarias, los documentos etnohistóricos y la etnología nos cuentan que entre los mayas antiguos y coloniales, se servía chocolate durante la negociación y celebración de matrimonios.

El cacao también tuvo la función de moneda en la antigua Mesoamérica. Sabemos que para los aztecas y mayas al tiempo de la conquista española, las semillas de cacao servían como medio de intercambio en las transacciones de los mercados, así que era una época «cuando el dinero crecía en los árboles».

Hay muchos mitos sobre la transmisión del chocolate al Viejo Mundo después de 1492, pero la mayoría son erróneos. Ni Cristobal Colón ni Hernán Cortés tuvieron nada que ver con ello. Más bien, fueron los miembros de una delegación de nobles mayas kekchíes de Alta Verapaz quienes introdujeron esta maravillosa bebida en la corte española. Los españoles y otros europeos no la consumieron hasta que la endulzaron fuertemente con azúcar, que habían traído desde el Mediterráneo a Mesoamérica.

Hasta principios del siglo XIX, tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo, el chocolate fue una bebida de élite, demasiado cara para que la disfrutara la gente común, y frecuentemente prohibida para ella. El método para extraer la manteca de la pasta del cacao, inventado por un holandés, condujo a la transformación del chocolate, de una bebida a un producto sólido, que podía ser disfrutada por las masas. El chocolate se convirtió en un gran negocio, y el cultivo del árbol del cacao se difundió a través del globo.

La presente exhibición reúne muchos objetos primorosos que celebran los misterios y rituales que rodeaban a la bebida del chocolate entre los antiguos mayas, así como los recipienetes que se elaboraban en la época colonial, para que la nueva élite criolla pudiera darse el gusto del novedoso sabor de esta prestigiosa bebida.

DESDE http://www.popolvuh.ufm.edu/Kakaw01.htm

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Sipnosis:
Chocolat es una fábula en clave de comedia acerca de cómo puede cambiar una persona, una relación, una ciudad, tan sólo con probar un poco los placeres de la vida. Es un cuento sobre la tentación, la represión y los liberadores poderes de los sentidos: la simpática historia sobre la creciente guerra que se desencadena en una pequeña población debido a la pasión y a los temores que se generan en los habitantes tras la aparición de una tienda de chocolates y bombones.

Dirección: Lasse Hallström.
Paises: USA/Reino Unido.
Año: 2000.
Duración: 121 min.
Interpretación: Juliette Binoche (Vianne Rocher), Lena Olin (Josephine
Muscat), Johnny Depp (Roux), Judi Dench (Amande Voizin), Alfred Molina
(Conde de Reynaud), Peter Stormare (Serge Muscat), Carrie-Anne Moss
(Caroline Clairmont), Leslie Caron (Madame Audel), John Wood (Guillaume
Bierot), Hugh O’Connor (Pere Henri).
Guión: Robert Nelson Jacobs; basado en la novela de Joanne Harris.
Producción: David Brown, Kit Golden y Leslie Holleran.
Música: Rachel Portman.
Fotografía: Roger Pratt.
Montaje: Andrew Mondshein.
Diseño de producción: David Gropman.
Dirección artística: John Frankish, Louise Marzaroli y Lucy Richardson.
Vestuario: Renée Ehrlich Kalfus.
Decorados: Stephanie McMillan.
Dirección de producción: Ginette Mejinsky.

Theobroma Cacao
LUGAR : Oaxaca
FOTÓGRAFO : José Luis Aguirre
FUENTE : Gran Larousse, Tomo I
Copyright © Popularte 2001
http://www.uv.mx

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